¿Qué es un Mapa Objetivo para el ERD?

Es un conjunto de datos de fuentes públicas y privadas para comprender lo que ocurre en la región. Este mapa proporcionará pistas sobre los acontecimientos actuales en términos de políticas públicas y tendencias futuras. 

Manuel Hernández y María Jesús Vargas son ingenieros y analistas de datos, ambos forman parte del equipo de la Estrategia Regional de Desarrollo (ERD) de O’Higgins. Actualmente, están enfocados en recopilar datos regionales y municipales para la construcción del Mapa Objetivo, un elemento clave para la formulación de la estrategia regional que se está actualizando para nuestra región.

Los profesionales destacan los desafíos que conlleva la creación de un repositorio de información, así como la oportunidad que significa para la Región de O’Higgins el hecho de sustentar la evaluación, definición y proyección de las políticas públicas para los próximos años sobre sistemas de información y analítica de datos.

Esta información estará disponible para todos los ciudadanos y permitirá conocer cuáles son las áreas prioritarias y enfoques que guiarán el desarrollo de nuestra región.

¿Qué es el Mapa Objetivo dentro de la Estrategia Regional de Desarrollo?

El Mapa Objetivo es un conjunto de datos e información de fuentes públicas y privadas que contribuirá a comprender lo que está ocurriendo en la región y reflejar lo que ocurre en las 33 comunas. Este mapa proporcionará pistas sobre los acontecimientos actuales en términos de políticas públicas y las tendencias futuras.

Estos datos nos ayudarán a analizar cómo se reflejan las diferentes políticas implementadas en los últimos años. Esto es de gran utilidad, ya que nos permitirá trazar el panorama y evaluar el impacto de ciertas iniciativas para identificar deficiencias y oportunidades de mejora. De esa forma, la región que las personas y comunidades imaginan, que será identificado en los procesos de diálogo y escucha que caracterizan a la metodología de esta ERD, será cotejada con la data y nutrirán la propuesta que está siendo evaluada por la Universidad de O’Higgins (UOH).

¿Cuáles han sido los principales retos en la recopilación de datos públicos?

Uno de los desafíos más significativos es la falta de una gobernanza de datos en Chile, lo que plantea retos a todos los niveles del Estado, incluyendo el nivel municipal, regional y dentro del propio del gobierno central.

No obstante, el gobierno actual está implementando una propuesta y un marco de referencia para dar valor a esta información pública. De esta manera, las instituciones podrán vincularlos y ponerlos a disposición para diversos usos. Como, por ejemplo, para la construcción de una política pública como lo es una Estrategia Regional de Desarrollo (ERD).

¿Es un desafío para los gobiernos regionales hoy?

Observamos que aún persisten numerosos desafíos al recopilar información y en su disponibilización hacia la ciudadanía. En ocasiones, no está claro quién es el “custodio” de los datos, a pesar de que el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) sea comúnmente considerado como el principal punto de referencia.

En paralelo, observamos que se sigue generando información de manera dinámica en todos los organismos gubernamentales y a distinto nivel. Como resultado, a veces se genera una duplicación de esfuerzos para recopilar estos datos. Además, implica consultar diversas fuentes que, si bien exigen procedimientos similares para la entrega de información, no necesariamente se trata de insumos uniformes.

De ahí la importancia de establecer una gobernanza que defina los flujos de información y los mecanismos de consulta, ponga en escena a los actores y asigne valor público a los datos. Este esfuerzo es lo que estamos llevando a cabo en colaboración con las diferentes dependencias a nivel regional. Hemos mantenido reuniones con el propósito de establecer un marco de trabajo común y un enfoque coordinado para recopilar información a nivel regional.

¿Es un problema que incide en el proceso de regionalización?

Sin duda. Resulta llamativo que este proceso no tenga en el centro la habilitación de competencias y capacidades tecnológicas de modo que se aborde de manera equitativa en todo el país y con cada una de las instituciones regionales y municipales. En la práctica, esto conlleva realizar un esfuerzo significativo para obtener información suficiente para la toma de decisiones.

Por tanto, para avanzar, es de suma importancia que cada nivel del Estado, desde el gobierno central hasta el municipal, cuente no solo con datos, sino también invierta en capital humano que le dé sentido y propósito a esta información. Asimismo, se debe generar la capacidad de acceso mediante soportes y mecanismos adecuados para la ciudadanía.

Creemos que no basta con tener datos; es esencial también saber identificarlos, procesarlos, sistematizarlos y visualizarlos para obtener una comprensión más profunda. En particular, debemos asignarles valor en los contextos actuales o en los marcos analíticos para que no sean simplemente datos aislados o meros números. De esta manera, lograremos ver nuestra región a través de esta información. En última instancia, esta información es un recurso fundamental para fomentar la confianza en nuestra región y su desarrollo.

"Este es un proceso que recién iniciamos. Por eso hemos puesto en valor, nuevamente, el diálogo. Y también la capacidad de contar con información y datos recientes sobre nuestra realidad regional, para combinar adecuadamente lo que queremos con lo que disponemos."

¿Y cuán disponibles están los datos en la región?

Lo que observamos es que existen deficiencias en la disponibilidad de datos. Esto suele suceder debido a que, como hemos mencionado, en años anteriores no se les ha dado la importancia necesaria ni se ha invertido en trabajar desde esta perspectiva. Lo que resulta evidente es una fragmentación en la información, una baja prioridad en varios sectores públicos y dispersión.

Es un desafío que esperamos abordar en colaboración con el Gobierno Regional (GORE), con el objetivo de establecer indicadores o directrices que definan parámetros con mediciones adecuadas para evaluar lo que se ha logrado y que sustenten hacia dónde deseamos avanzar.

Esto nos permitirá superar una de las principales brechas relacionadas con la disponibilidad de datos a nivel municipal. Este fenómeno también genera desigualdades entre los municipios y afecta nuestra capacidad para comprender las diferentes realidades territoriales de la región. No es un asunto menor, dado que hay numerosas comunas, y es esencial recopilar información, estandarizarla y utilizarla adecuadamente.

Este desafío será recurrente para la Estrategia Regional de Desarrollo (ERD), ya que necesitamos descubrimientos que nos permitan establecer correlaciones más allá de lo obvio o de lo que se conoce desde hace mucho tiempo.

¿Podrán ser usados esos datos por otras personas o instancias?

Uno de los objetivos de la Estrategia Regional de Desarrollo (ERD) es poner a disposición esta información para toda la ciudadanía. De esta manera, podremos tener una comprensión de la situación de la región y evaluar el progreso de las iniciativas tanto a nivel regional como municipal.

Esto nos permitirá, en colaboración con el Gobierno Regional (GORE) y la Universidad de O’Higgins (UOH), identificar las áreas prioritarias y los enfoques o medidas que deben guiar el desarrollo en la región, evitando así tomar decisiones “a ciegas”.

Esta iniciativa es esencial, especialmente para que en el futuro cualquier otra entidad o instancia pueda aprovechar este repositorio de datos. Esperamos contribuir a la gobernanza y a la democratización en el acceso a la información, así como al uso de datos en la toma de decisiones. De esta manera, se asegurará que en el futuro se pueda optimizar la estrategia actual utilizando esta plataforma, en lugar de comenzar desde cero.