La importancia de contar con una Estrategia Regional de Desarrollo

Hernán Castro Mardones, es Coordinador de Vinculación con el Medio de la Universidad de O’Higgins y forma parte del equipo de la Estrategia Regional de Desarrollo (ERD).

 

En esta conversación nos precisa la importancia de contar con un instrumento de estas características, construido junto a la comunidad regional, para guiar las políticas públicas de los próximos años. Precisa que no es sólo de utilidad para el gobierno regional, sino también para los municipios y los territorios.

¿Cuál es la importancia de contar con una Estrategia Regional de Desarrollo (ERD) para la nueva institucionalidad regional?

Considero que la Estrategia Regional de Desarrollo (ERD) tiene una relevancia clave para todo el ecosistema público. Y, de paso, también para el sector privado. Esto, dado que este instrumento de planificación y organización es el que orientará a toda la institucionalidad de O’Higgins y fijará las directrices para los próximos años.

Además, establecerá cuáles serán los focos prioritarios de inversión para los municipios y cómo se podrán desenvolver en este nuevo proceso de cambio de la institucionalidad regional que se está desarrollando en el país. Y esto es relevante, pues la Estrategia Regional de Desarrollo (ERD) definirá el destino de los recursos a través del sistema de inversiones públicas, sus aspectos prioritarios e instrumentos, en áreas que serán de interés para todas las comunas de la región.

En resumen, la Estrategia Regional de Desarrollo (ERD) fijará las prioridades en varios ámbitos, desde lo productivo, tecnológico e innovación, hasta lo social, cultural y patrimonial, sólo por mencionar algunos aspectos. Aspectos que son relevantes para el desarrollo de nuestra región. Por eso es fundamental que las comunas estén atentas a este proceso pues impactará también en su desarrollo local en el marco de una mirada común de largo plazo como región.

¿Cuál es el rol de los municipios en este proceso?

Los municipios juegan un rol muy estratégico que estamos realzando colectivamente en estos momentos. Esto, dado que la mayoría de los proyectos de inversión regional, que son financiados vía instrumentos del Gobierno Regional, surgen desde estas prioridades establecidas por los municipios. Por tanto, saber qué es lo que ocurre en los territorios es fundamental para estas decisiones y no debe ser visto como un acto administrativo e informativo.

En ese marco, no es novedad señalar que el municipio es la instancia que está más cerca de los problemas de las personas y que son los gobiernos comunales los que pueden poner sobre la mesa esas inquietudes, oportunidades y desafíos de los territorios a los planificadores y a los tomadores de decisión. Por este motivo, en el marco de la Estrategia Regional de Desarrollo (ERD) que estamos desarrollando, consideramos desde un principio el rol de los municipios. Y hoy estamos en contacto permanente para invitarlos a participar y que sumen a las vecinas y vecinos a este proceso de planeamiento.

También hemos considerado trabajar de manera específica con los equipos técnicos, administrativos y de planificación de las comunas para nos aporten con sus enfoques y diagnósticos sobre el desarrollo local y, desde ahí, contribuir a la construcción de una perspectiva regional del desarrollo.

¿Y cómo atender los desafíos particulares que tiene la región de O’Higgins?

Esta es una región, en donde las comunas netamente urbanas son las menos. Por eso, debemos pensar en cómo abordar los desafíos de la realidad en particular que caracteriza a la región de O’Higgins y sus componentes específicos.

De hecho, en los territorios existe una gran cantidad de desafíos en materia medioambiental, por ejemplo, que no existen en todo el país y que están vinculados a temas que tienen que ver con el crecimiento y sus complejidades, en un marco de normas y de una institucionalidad que tiene límites para abordarlos.

De igual forma, así como decimos que no se pueden concebir estos desafíos desde un escritorio en la capital nacional, consideramos que tampoco se puede hacer sólo desde la capital regional. En O’Higgins hay algunas zonas que se deben atender de manera específica, como por ejemplo ocurre la provincia de Cardenal Caro, que se diferencia de lo que ocurre en Colchagua. Y eso, debe ser considerado desde una perspectiva local y no sólo desde la perspectiva de la capital regional.

¿Qué valor atribuye a la descentralización, la participación y la planificación?

Creo que la descentralización no es sólo un desafío de las regiones respecto de Santiago. Pues también ocurre dentro de las propias regiones. Y esto tiene que ver con la capacidad de asumir de manera profunda los retos en participación y planificación. Pues, en las propias regiones vemos que hay centralismo en la toma de decisiones.

Por eso es clave dar una mayor visibilidad a los territorios que, a veces por una cuestión netamente geográfica, no son visibles a la hora de definir las políticas públicas. Y a eso nos referimos cuando el Gobernador Pablo Silva Amaya nos pidió construir “desde abajo hacia arriba”. Y este proceso abre la oportunidad de hacer las cosas de manera distinta, participando y escuchando a los distintos actores regionales.

Y a la hora de planificar, estos criterios deben estar incorporados cuando vamos a construir la política pública. Pues, de esta manera podemos dar perspectiva a un plan que sea capaz de conjugar todos los requerimientos y ordenarlos para decidir, de manera equitativa e inclusiva, desde la conducción de un Gobierno Regional.

¿Esto implica adecuar la institucionalidad nacional con la regional?

La Estrategia Regional de Desarrollo (ERD) debe ser capaz
de promover una sinergia institucional entre la mirada del Gobierno Central con la que posee y gestiona a diario el Gobierno Regional. Y este proceso aún en formación irá generando dinámicas que serán positivas para las regiones.

En primer lugar, con este proceso tenemos la oportunidad contribuir a transparentar la inversión regional. Es decir, contar con los instrumentos que permitan hacer un seguimiento a las definiciones de inversión y financiamiento que tome el Gobierno Regional en los distintos ámbitos del desarrollo de O’Higgins. Segundo, ojalá pudiéramos medir el impacto de esas definiciones. Creo que esto ayudará a promover la transparencia, trazabilidad y medición de lo que queremos hacer y que fue generado con una participación activa de toda la comunidad, tal como lo estamos impulsando actualmente.

Pues, a mi juicio, la idea es promover también cierto “control social” sobre las iniciativas que estamos generando con esta estrategia de desarrollo. Es decir, no sólo contribuir a definir la inversión, sino que también a precisar los tiempos que acompañarán a esas definiciones. Es decir, promover la capacidad de las autoridades de aumentar su rendición de cuentas. Y eso, sin duda, implica mantener informado a todos los intervinientes en las decisiones de alto impacto o interés.